miércoles, 25 de marzo de 2009

animalprint

Leo horóscopo chino, la parte del mono como si eso atribuyera en mí el don de saber los secretos mas íntimos de ella. Pasada la tarde y el sol, sé que me olvidaría de todos aquellos datos falsos.
No es un mono, sin embargo registré en la carnalidad del amor que sus labios conjuntamente con su lengua, hacen sonar la vocal “u”, que repetida en cacofonía febril, asemeja el canto de los monos. Pensaba todo esto mientras flotaba en mi fantástica cama inflable en medio de la pelopincho. Pero mas allá del detalle onomatopéyico, no encuentro en ella vestigios del mono. Es rubia, tiene algo de verde en sus ojos y alrededor de sus pupilas una playa de arena. Es hembra pero cobija en las manos y mentón la fuerza del macho pero es hembra conduciendo a mi cuerpo en contra de la fuerza gravitatoria. Partes de mí se yerguen, se endurecen se hinchan, todo es mas flor para el aguijón…pero ¿por qué esta metáfora, relacionándola a ella con una abeja y a mi con una flor?. Es que el entorno de la tarde era sol, cielo y de mases y el horóscopo chino lleno de animales y estábamos ella y yo. Ella es animal de hembra, me hace temblar, tiembla la entrada interior de mi sexo cuando sus dedos la abandonan en total inundación. Es un epicentro pequeño llevando movimientos que ondulan la piel. Lo llamo loop sexual, el circuito cerrado que encuentra su escape sólo si abro la boca para gritar mi queja del dolor que provoca el placer gritar quejar aullar como un lobo. Ni la abeja, ni el lobo existen en el horóscopo chino, no investigué el azteca, pero lobo y abeja, no son animales que cuadren en centroamérica o regiones cercanas. No soy lobo y nada en mi pareciera que lo fuera, pero expresar mi placer creo que auditivamente me remite a un lobo y a ella la relaciono con un mono por la “u” del goce, pero somos hembras llenando la cama de transpiración flujo saliva sangre, se deforman nuestros rasgos a medias como un efecto interrumpido de la luna llena en la transformación de un hombre…en lobo?
Creo que tengo que abandonar estas lecturas de los horóscopos o al menos asumir que soy un animal de una buena vez por todas…en esos momentos en que ella me toca, me sacude…un animal que no pertenece a ningún zodíaco…hembras sólo hembras…

(continuará...)

viernes, 20 de marzo de 2009

mdp

A la vera estoy y casi no lo percibo. Aprisionada miro por el balcón brazos abiertos al brillo de la ola que muere. Risotadas. Estanco el humo de la primer pitada a mi alrededor, el aire puro y frío me zumba y proyecto en lagigantografia un primerísimo primer plano de sus borceguíes. Luego la nada. No pasa el tiempo no pasa el tiempo no pasa el tiempo. Puedo ir subiendo y encontrarme con rodillas floreadas por la estampa de la tela, cuero y collar de perro, voz como sirena llamando a ulises. Vasos y risotadas. Te regalare todos los barcos y los pájaros que hay.
No puedo escuchar el mar desde acá, sí, logro escucharlo con una mezcla de sonido de motores de autos que pasan por la avenida abajo. No podría ahora pronunciar palabras de amor, decirlas. Nunca tuve palabras de amor que decirte. Sí palabras de deseo. Suena grasa. Es grasa desearte.

miércoles, 18 de marzo de 2009

laflor


desafino

Comenzaría por el final para arrojar un manto no de olvido, manto de claridad. Mi deseo intenso despertó con sed sin agua al alcance de las manos. Deje de risa… mejor, mucho mejor expresado sería…deje que el dolor sonría. La ironía en mí es en gran parte mi maldito buen humor, por favor, que no le suene raro. Deje. Cuando el dolor se ríe no reprocha y el mío no quiere contagiar culpas, además.
Le voy a contar, me voy a extender lo menos que pueda. Simple y sin curvas. Yo quiero, usted no quiere. Mi razón respeta…pero vio cómo es el corazón. Pero no vio cómo es mi corazón y entendí que mostrarlo en esta escena sería invisible, (escribí “invencible”, ja! ) a su mirada… y aunque como acto fallido escribí “invencible”, aprovecho y digo : mi corazón y yo no vencen sino le dan batalla. Batalla la puedo nombrar querelle y en el campo armada hasta la corona sufrí sólo el ataque sonoro de la fricción del ala y la pata del grillo, “canto” que no produce la hembra. Entonces, ¿por qué habría de culpar a su ausencia?, ¿le sigue sonando raro que defina los contornos de la risa del dolor?
Admito que entono casi desafinando, pero eso es en otro cantar.

parole parole parole

Romper, desgarrar, partir, quebrar, despedazar, fracturar, destrozar, rajar, rasgar, averiar, triturar, separar, violar, quebrantar, dañar, estrellar.
Estas eran las palabras a raíz de no se qué. Me olvidé o sí… a través de ellas comenzar unas líneas otro camino túnel por donde recorrer mi alma.
Las palabras palabras palabras abrasadoras duras como piedras en el mismo centro del cuerpo, dentro de él, fuera fuera al pape!, eyaculadas ya . Animales dañinos.

universo en versos sin ritmo

Caja de ahorro en banco Itaú
Viaje a Venecia
Estuarios
No sabe nadar ni manejar
Toma mate de mañana habla dormida entrada la noche
Tatuaje inmenso
Dos sobrinos madre tres hermanos uno claudio padre en el cielo
Películas favoritas querelle muerte en venecia
Muñequeras rojas
Zapatillas all star dos pares
Nueva elevación
La guitarra la sigue a todos lados
Tiene pecas
Negroni lucky strike
Terapia dos veces a la semana
Traduce cosas (idiomas)
Francia varios meses mendoza
Hombres de los cuales no se enamora
Aguas agitadas
Imagina que mi tío es hijo de mi mamá (se equivoca)
No tiende a hacer el amor cuando despierta
Tres bombachas negras
Increíbles borcegos eternos
Mis manos, una fuerte atracción lunática con su pelo de muchacho
Adora a dos amigos uno fotógrafo la otra escritora o periodista navegan
Habla de ellos y se conmueve
Es agua y se escurre como toda clase de agua
Dice gracias
Noche francesa
Su casa un lugar pequeño atiborrado de objetos preciosos y un piano
Trabajó en un spa
Una novia bartender y la otra doce años mayor
Con la primera bebía con la otra freía
Toca el tambor y le duele la mano
Mordedura en un hombro creo que izquierdo y cicatriz de apendicitis en venecia luego de la muerte de su padre
Ríe
Hace chistes malos
Por ahora le gustan mi piel y mis tetas
Le gustan los chicles de frutas salvajes
Mala pronunciación en las palabras en portugués que terminan en o.
No usa perfumes
Baja la tapa del inodoro (onda fenjui)
Es virgo 16 de septiembre gallo
Manos y pies fríos
Pensó en el frío de mi baño
Virus los abuelos
Contemporizar sus tiempos con los míos ja!
En su cama se puede fumar
Se que su segundo apellido comienza con k no es kafka ni kisinger
Cuando voy con ella en mi auto me pierdo por la ciudad
Se garchó a un negro y viceversa
Ella cree que ensaya en flores pero es el bajo flores
Vive en la calle besares
El 76 las lleva a todas partes (ella/guitarra)
No leyó ada o el ardor
Le gusta abordarme en el auto como un adolescente
Frecuenta a colegas
Hace trampa en el tutti fruti
Me nombra puta y se moja
Despedida en silencio
Abraza a las personas
Concurría a bolivia
Las dos últimas veces que dormimos juntas me abrazó hasta que sintió calor
Cuando garchamos la miro la miro la miro
Balde rojo
Derrama el té que convida
Uñas cortas uñas largas (todo por ella)
No habla de futbol
Gusta de pasear en auto
Notó que mi perra es chueca
Canta
Verano
Hotmail, yahoo, no gmail
Imagino que su clave es el nombre de una canción
Negro
No recuerdo la vez que la conocí.

sueño nº 3

Estampa prenda roja veraniega lisa convencional, unisex sin gráfica visible. Yo, sentada, mujer devenida a madre o cámara en mano captando desde un ángulo elevado su coronilla cubierta de pelusa, sin embrago mi subjetividad dicta que era cabello corto de muchacho. Le tomo la cabeza con las manos sintiendo que mis dedos desarrollan la sensibilidad de labios de gel embriagadísimos duros como clítoris al extremo de explotar, cantan. Me demoré. La prenda y la cabeza imprimen su nombre, en sí mismas son ella pero no y delineé el rostro que aún no había aparecido en mi ojo visor.
Palabras. Las primeras exhalaron de mi, un son que traduje en esas de dos sílabas escupidas cuando la carnalidad. Frente y nariz en una señal eléctrica hasta el cerebro, dibujaron a una adolescente desconocida, una niña real que mira ingenua, asustada pero queriendo besar como mujer que dice sin palabras, ni sonido “deseo”, en contraposición con las manos en gesto de rezo. Delatora, preferí que fuese un perro perdido, para sacudirle un cariño piadoso. Aunque todas las líneas marcan, encandilan como un cartelón de neón a la niña santa de diseño pop, mi voz oficia de coro griego repitiendo en estribillo su nombre o “es ella”. Importantísima su cabeza maniquí con peluca perfecta para penetrar. Rara. Sí, claro, decía palabras ella, pero no las recuerdo. Hay un deje de velo que se corre acomodándonos frente a frente, sigo mas elevada, maternal en mi postura, retorciendo ahogado un orgasmo de fábula que hace que se sienta enfermo todo mi cuerpo al borde del deliquio. Cuadro a cuadro la prenda roja bombeando en nebulosa, su palidez, la pelusa y una nariz que apenas si tendría doce años. La intimidad de la inocencia coarta que me pare y le descuaje mi sexo en la cara. Toda la imagen está en el precario momento de un paredón luego de que un certero golpe de una inmensa bola de acero haya impactado en el secreto de la estructura molecular del concreto. No encuentro el modo de acuñar su rostro antes de la disgregación, su verdadero rostro encuadrado en el pelo de muchacho, la boca por sobre la mía, una pequeña muerte.

La caña

Esta mujer, una figurita sin brillantina recortada en el cielo. El arroyo corre sin sonido de agua. Ella apenas apoyada de puntas sobre una elevación del terreno. La caña de pescar, manufactura de un niño, apoyada en la cadera, su mano firme pero liviana deja pender la tanza. La veo oscura como si el sol, que no está, rayase por detrás de ella. Veo lo que puedo ver de mí porque estoy dentro mío en cuclillas en el llano por debajo, como a los pies de un amo, si fuese perro.
La caña la tanza y el anzuelo no están en el agua y tienen como carnada una carta. Del sobre rasgado pende el papel, ofrecido a mi como lujo o tesoro, hueso o lombriz. Pero nada aquí se mueve y no hay pájaro ni nube. No estoy confiante, sin embargo conozco todo lo que veo, la carta, enganchada al anzuelo que pende del hilo de la caña que sostiene la mano liviana pero firme de la mujer, es mía. Ella es mía. Su mirada muda me sabe espiando y se muestra, expuesta a mi deseo, soberbia. Su pelo tirante en la nuca por mi mano, usé sus dedos manchados de tinta para escribir la carta y para que las yemas no se sequen con el filo de la lengua les puse saliva.
Dispusimos una variedad de papeles sobre el piso imprimiéndoles con la grasa del cuerpo líneas suaves de aes y eles alargadas.

En otra oportunidad su tierno animal me miraba desde sus piernas abiertas y levantadas. Y yo le daba de comer y ella se reía y su risa me cantaba, en esta, estaba ciego y seco, habría que trabajarlo para volverlo cachorro.
(continuará…)

viamonte

Escupo sus pies.
Me transformo. Escucho: eras vos aquel
25 de Mayo?
Escucho tus pies resolver volver
responder
me
podrías volver atrás?
No escucho. Los pies los tengo sueltos, tuertos, vuelvo
no respondas ahora.
En el cuartito de las herramientas guardo una copia de tus pies, los hice de diversos elementos, con saliva, con recuerdo. Los camino, los retuerzo. Les cuento el cuento, el mayor se fue a la selva, el más alto se perdió, el del medio se mareó, el siguiente se acostó, y el pícaro chiquilín, lo comió
Triste, triste, pero no es eso. No lo crea.
Dígame: Eras vos aquel 25 de Mayo?
Por qué no hay vos, no hay 25, no hay respuesta?

Quién sabe compre un charol para disfrazarte, para lustrarte un camino negro, no es negro
ahora entiendo, la calle 25 de Mayo, al 600. Un recuerdo negro, como ojos, tu recuerdo negro.
Tengo el mapa, de tu antojo, a ver... y Viamonte, tengo el mapa.

Pero no es eso, no es eso en absoluto