martes, 23 de noviembre de 2010

Plegaria para una noche

Que dios guarde sus manos completas con sus dedos
Que dios guarde su saliva y los besos
Que dios guarde su respiración agitada por montarme cada vez
Que dios guarde la mirada que clava y los mecanismos que la provocan
Que dios guarde la rúbrica impúdica de su leche en mi cara
Que dios guarde el destino que nos toque cuando nos dejemos
Que dios guarde la sonrisa de bienvenida a mis brazos
Que dios guarde su voz sonando, hirviendo
Que guarde mi desparpajo de reconquista
Que guarde el temblor de todo mi cuerpo debajo de ella
Que guarde el coraje que posee por tenerme
Que guarde nuestra historia en los recuerdos de vejez
Que guarde el deseo
Que guarde los regalos que me hace debajo de mis almohadas
Que guarde nuestros excesos para que nunca tengamos templanza
Que guarde a mis ángeles de la guarda que me guardan archivan y deletean mis accidentes automovilísticos cuando corro a su encuentro
Que guarde el suceso de sorprendernos siempre
Que quien sea dios reciba esta plegaria y que no la guarde en un cajón.
Qué cumpla!