En primer plano planifico
acá en mi corazón
una invasión
un atraco.
Mientras no te tengo
me armo.
Arsenal cada palmo.
Para eso me armo,
porque te voy a dar sin
tregua
un magreo empeñado.
Sí,
será mi guerra,
contra toda vos,
bien merecida
por querer y no poder
porque el sexo no se
piensa,
se ataca.
Me armo,
para quitarte de una vez
la bandera blanca de la
paz
arrobada entre granadas
de caricias,
sucia de todo lo que
destiles
repleta de guirnaldas
bajo lluvia de cucardas
marcando el triunfo
cuerpo a tierra
en la gloria.
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